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Ya estamos preparando la COP27: ¿será más productiva que la anterior?

La anterior Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático tuvo como foco el compromiso de los países con objeto de evitar un cambio climático catastrófico 2021 fue un año sin precedentes de desastres climáticos, pero también de acción contra el cambio climático. La COP26 se celebró en Glasgow del 31 de octubre al 12 de noviembre y contó con la participación de más de 120 líderes internacionales y representantes de 200 países.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022 será la cumbre número 27 que, en esta ocasión, se llevará a cabo en Sharm el-Sheikh, Egipto. Aún se desconoce la fecha exacta de la COP27 (probablemente en noviembre de 2022), pero sí que trabajará para hacer de la conferencia «un punto de inflexión radical en los esfuerzos climáticos internacionales en coordinación con todas las partes, en beneficio de África y el mundo entero».

¿Qué quiere decir esto?

La COP27 pretende luchar por una compensación de las pérdidas y los daños sufridos por los países afectados por el cambio climático. Avanzar en el polémico tema de las pérdidas y los daños, lo que las naciones pobres dicen que les deben por los daños acumulados, es otra tarea que sigue sin resolverse.

Los países y comunidades vulnerables ya están sufriendo graves pérdidas y daños en vidas, medios de subsistencia, cultivos e infraestructura causados por los efectos inevitables del cambio climático. Es una realidad que todas aquellas comunidades que menos contribuyen a las emisiones globales (el Cuerno de África, que incluye Etiopía, Kenia y partes de Somalia, está experimentando actualmente la sequía más severa en 40 años), se enfrentan a las peores consecuencias y no siempre cuentan con los recursos para hacer frente.

«Cada retraso en relación con la prevención del calentamiento por encima de los 1,5 grados tiene costos económicos reales»

Los eventos climáticos extremos como olas de calor, sequías, inundaciones, ciclones o incendios están ocurriendo con mayor frecuencia y severidad y, en África, está afectando a la salud de la población, a los ecosistemas naturales, así como problemas sociales, económicos y ambientales.

Las naciones más pobres del mundo deben ser capaces de hacer frente a esta emergencia climática y esta cumbre tratará de recaudar dinero para que las naciones en desarrollo puedan precisamente hacer su parte. Y es que, actualmente, no existe un mecanismo de financiación global para respaldar la recuperación de las pérdidas y los daños que sufren estas personas.

«Cada retraso en relación con la prevención del calentamiento por encima de los 1,5 grados tiene costos económicos reales que están acabando con el potencial de crecimiento económico real en África y tiene un impacto en la vida de las personas… Los países africanos perderán alrededor del 5% del PIB debido al cambio climático». «Los países africanos ya están gastando hasta el 9% de su PIB en responder a los desastres relacionados con el clima», explicó Jean-Paul Adam, director de Tecnología, Cambio Climático y Gestión de Recursos Naturales de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África (UNECA).

2022 podría ser el año que marque la diferencia

A pesar de todos sus fracasos relativos, la COP26 hizo énfasis en que tanto la financiación privada como la pública son igualmente necesarias para financiar la tecnología para una economía baja en carbono. La necesidad de acción climática aumentará con el paso de los meses, por lo que aparece como una opción obligada una regulación, acción voluntaria e innovación tecnológica por parte de las empresas mientras se equilibran las estrategias de negocio a corto y largo plazo. Las empresas se comprometerán, presumiblemente, cada vez más con la acción climática para obtener la aprobación de las partes interesadas, impulsando una ventaja competitiva.

Los objetivos de COP27

• Entregar 100.000 millones de dólares al año para ayudar a los países en desarrollo a mitigar y adaptarse a los efectos del cambio climático.

• La creación de un fondo de pérdidas y daños y la movilización de financiación.

• Nuevos compromisos e implementación de los existentes para limitar el calentamiento global por debajo de los 2 °C para finales de siglo.

En la COP26, esta discusión sobre pérdidas y daños cobró impulso, y Escocia se convirtió en el primer país en contribuir (con alrededor de 2,5 millones de euros) a la financiación de pérdidas y daños para los países en desarrollo.

La intención es que 2022 siga el ejemplo de Escocia y más países se unan para ayudar a los países en desarrollo a enfrentar las secuelas de la crisis climática. Por el momento, es algo que no se ha cumplido ni en 2020, ni en 2021. La imposibilidad de llegar a un acuerdo sobre la financiación fue citada como una de las principales decepciones de la conferencia COP26.

Hasta ahora, el único país, además de Escocia, que prometió públicamente actualizar su compromiso bajo el Acuerdo de París, es Egipto. Alemania, por su parte, ha puesto el tema en la agenda del G7 este año, como titular de la presidencia.

Fuente: El Confidencial