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Ribera plantea dejar a España al margen de la reducción del 15% de gas propuesta por la UE

La prioridad es proteger a la industria, con unas empresas más intensivas en el uso energético que las de otros países europeos, y asegurar el autoabastecimiento

Ningún recorte en el consumo de gas ni ninguna medida de ahorro que sea obligatoria en lugar de voluntaria, tanto en los hogares como en la industria. El Gobierno está determinado en dar la batalla contra el plan propuesto por Bruselas para reducir el consumo de gas en un 15% ante la crisis energética por el corte del gas ruso. Se plantea una suerte de excepción ibérica. En ello ha vuelto a insistir esta mañana la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, para quien España debería quedarse fuera de los objetivos de reducción marcados por la UE. «A España, Portugal y, en menor medida, a Francia, el objetivo que les correspondería de manera justa, con un efecto redistributivo y no un sobreesfuerzo, es que nos quedáramos a cero» ha explicado en una entrevista en la ‘Cadena Ser’ apoyándose en un informe de un think tank europeo.

Portugal es otro de los primeros países que ha cuestionado la obligación para todos los Estados miembros de asumir recortes del 15% y que, precisamente, se unió a España para crear la excepción ibérica topando los precios del gas. Según el mencionado estudio de Bruegel, España podría mantener su consumo actual de gas el próximo invierno aunque Rusia cortase el grifo, pero Alemania se vería obligada a reducirlo en un 29%.

La titular de Transición Ecológica ha subrayado que España, con menos dependencia del gas ruso, está dispuesta a asumir mecanismos de solidaridad con otros Estados, y que para ello es necesario evitar los recortes. Ribera ha asegurado que en el plan de contingencia que elabore no habrá medidas obligatorias para los ciudadanos, más allá de establecer recomendaciones de ahorro y eficiencia. Lo mismo para la industria, que se pretenden blindar descartando «limitaciones o racionamientos». El Ejecutivo está especialmente molesto ante lo que considera una «imposición» de Bruselas y reclama un mayor diálogo para discutir los términos del plan de choque contra la crisis energética.

«Hay que hablar, no imponer», ha arremetido Ribera haciendo valer una posición de fuerza en las futuras negociaciones por la capacidad de España para suministrar a otros países. Solidaridad sí, pero asegurando el autoabastecimiento y evitando los recortes. Esta es la máxima que se llevará a la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros de Energía que se celebrará el próximo 26 de julio.

La prioridad es proteger a la industria, con unas empresas más intensivas en el uso energético que las de otros países europeos, y asegurar el autoabastecimiento. Desde el ministerio de Transición Ecológica han trasladado a los representantes de las industrias con las que se llevan reuniendo durante los últimos días un mismo mensaje: «No habrá falta de suministro». El ministerio de Transición Ecológica, además, ha encargado tres informes (a Red Eléctrica, Enagás y Core) para evaluar posibles escenarios ante el riesgo del corte del gas ruso y España no tendría problemas de suministro ni en el peor de los escenarios.

Otras de las propuestas que el Ejecutivo llevará la próxima semana a Bruselas para debatir el plan de contingencia común se centran en «impulsar el ahorro y la eficiencia» para aumentar la disponibilidad de recursos, mantener en niveles históricos las plantas de almacenamiento, tanto subterráneas como las regasificadoras, incrementar la producción de las renovables y ayudar a los países vecinos más expuestos. Dentro de este último punto, entre las medidas más desarrolladas que destacan desde Transición Ecológica se encuentra la creación de una suerte de puente marítimo entre Barcelona y Livorno para transportar gas a Italia.

Se trabaja también en activar un centro de distribución desde el puerto de Gijón hacia otros países como Holanda o Bélgica. Para ello, se pretende acelerar las autorizaciones para la puesta en marcha de la regasificadora del Musel y convertirla en el menor tiempo posible en un centro de almacenamiento y distribución de gas.

La garantía del autoabastecimiento, blindando a los consumidores, es una suerte de línea roja. Un mensaje que se viene repitiendo en público durante los últimos días por parte del Gobierno. España sufrirá subidas de precios ante el escenario de cortes de gas, pero no tendrá problemas de abastecimiento como sí se anticipan en otros países, según insisten desde Moncloa. Pese a tratar de alejar el escenario de las restricciones, la asunción de fuertes subidas de precios es un duro golpe que sí asume para la economía española. Los efectos del invierno duro que se anticipa se notarían en una mayor inflación, por la mayor sensibilidad de España a la subida de precios de la energía.

Fuente: El Confidencial