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¿Por qué los coches nuevos emiten más CO2 en Europa?

La ecomovilidad despierta cada vez más consciencias. Durante los últimos años, la mayoría de las marcas se han ido sumando a la electrificación de sus vehículos, un paso muy importante que no solo marca la voluntad de cambio por parte del sector del motor, sino que también un cambio de consciencia por parte de la sociedad.

Sin embargo, la transición energética representa una transformación radical en el sector de la automoción y esto conlleva tiempo. El precio, la autonomía, la velocidad de reecarga y la vida útil de las baterías son algunas de las cuestiones que frenan todavía a muchos usuarios a dar el gran paso. De hecho, si nos fijamos en las ventas de coches nuevos, la gasolina es el combustible más demandado por los españoles. En 2018 el 57,5% de las matriculaciones correspondieron a turismos y todoterrenos propulsados por motores de gasolina, frente al 35,8% que equipaban motores diésel.

Estas cifras también marcan una subida de las emisiones medias de dióxido de carbono (CO2) de los nuevos turismos matriculados. En Europa, en 2018 aumentaron un 1,6 % respecto al ejercicio precedente, hasta 120,4 gramos de CO2 por kilómetro, lo que se traduce en la segunda subida anual consecutiva.

Un estudio realizado por la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA) refleja que entre 2010 y 2016 el sector vivió una disminución constante de casi 22 gramos de CO2 por kilómetro, pero que al llegar al 2017 la tendencia cambió, y empezó por subir en 0,4 gramos de CO2 por kilómetro, y llegando a los 2 gramos en 2018.

La respuesta a este cambio se encuentra en el aumento de matriculaciones de vehículos de gasolina frente a las de diésel. Según la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA), 2018 fue también el segundo año en el que las ventas de este tipo de vehículos se situaron por delante de las de diésel, que continuaron en descenso

En concreto, se comercializaron unos 8,5 millones de turismos de gasolina en el mercado europeo el año pasado, lo que representa un aumento del 11,8% respecto a 2017, frente a los 5,4 millones de unidades que se registraron de gasóleo, un 18% menos. Al mismo tiempo, se comercializaron unos 302.000 automóviles electrificados.

“Claramente, existe una correlación entre las ventas de vehículos diesel y gasolina y las emisiones de CO2. Esto se debe a que los automóviles de gasolina emiten más CO2 que los diésel equivalentes”, señaló el secretario general de ACEA, Erik Jonnaert.

Asimismo, también se ha notado un aumento en el promedio de las emisiones de los vehículos comerciales ligeros como las furgonetas: 2018 registró el primer incremento, un 1,3 % más, que se ha dado en este tipo de vehículo desde 2011. Pese a que el diésel continúa predominando en este segmento, la cuota de mercado de furgonetas impulsadas por gasolina se ha visto incrementada desde 2016.

Fuente: La Vanguardia