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Las emisiones de CO2 bajaron el año pasado un 2,2%

Una reducción constante y progresiva de emisiones entre 2021 y 2030 será la clave para la descarbonización de las ciudades. Las energías renovables no emiten CO2 ni otras emisiones contaminantes, por tanto, tendrá que ser el modelo a seguir por todos los actores.

España debería emitir en el año 2050 menos de 88 MteqCO2 (absorciones netas de dióxido de carbono), lo que supone una reducción media de, al menos, el 4% de las emisiones GEI respecto a las emisiones de 2015 (336 MteqCO2). Esto supone igualar el ritmo de reducción de emisiones que hemos tenido en los últimos 10 años, pero en un entorno de desarrollo económico muy diferente al vivido en el periodo anterior.

La calidad del aire

La mala calidad del aire que respiramos provoca la aparición de graves problemas de salud y enfermedades crónicas y es causa directa de muertes prematuras. Se estima que anualmente fallecen en España unas 16.000 personas a causa de la contaminación atmosférica, una cifra que se eleva hasta las 400.000 en Europa. Las ciudades generan al menos el 70% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI). El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) señala, por ejemplo, que para limitar el calentamiento a 1,5º C sobre los niveles preindustriales las emisiones provenientes de los edificios deberían haberse reducido entre un 80% y un 90% en 2050. Por su parte, el informe United in Science o Unidos en la Ciencia indica que la temperatura global promedio para 2015-2019 está en camino de ser la más cálida de cualquier otro período equivalente registrado. Actualmente se estima en un incremento de 1,1° C; un grado más por encima del periodo preindustrial (1850-1900).

Reducir las emisiones está en la mano de todos los agentes implicados. El estudio Buildings and Infraestructure Consumption Emissions, realizado por C40 Cities, Arup y la Universidad de Leeds, destaca que las emisiones procedentes de edificios e infraestructuras podrían reducirse un 44% de aquí a 2050. Las seis áreas clave pasan por implantar la eficiencia en el diseño de materiales, mejorar el uso de los edificios ya existentes, cambiar los materiales de altas emisiones a madera sostenible donde sea apropiado, usar cemento bajo en carbono, reutilizar materiales y componentes de la construcción y emplear maquinaria de construcción de emisiones bajas o cero.

El Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) en su Avance del Inventario de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero, vinculadas al cambio climático, correspondiente al año 2018, revela una estimación de emisiones brutas de 332,8 millones de toneladas de CO2 equivalente, lo que supone una disminución de un 2,2% respecto al año 2017. El pasado año, el transporte fue el sector que más contribuyó al Inventario. Por sí solo, el tráfico por carretera representa un 25% del total de emisiones de GEI y, de ellas, un tercio se concentran en aglomeraciones urbanas.

Según datos europeos, cabe destacar también que en 2018, las emisiones de dióxido de carbono cayeron en 20 de los 28 estados miembros de la Unión, con Portugal al frente de los descensos (-9%), seguida de Bulgaria (-8,1%), Irlanda (-6,8%) y Alemania (-5,4%).

El descenso de las emisiones de 2018 en España se debe principalmente al fuerte incremento de producción de energía hidráulica, que creció en un 84,9% respecto a 2017 gracias a que fue un año hidrológicamente húmedo, así como al aumento de la producción eólica en un 3,5%.

No obstante, España ocupa la cuarta posición, por delante de Italia, en un ranking elaborado por consultora PwC, el Índice de Economía Baja en Carbono 2019. La primera posición es para Alemania, seguido de México y Francia. Este informe apunta a que será necesario un índice de descarbonización mundial del 7,5% anual para tener una probabilidad de dos tercios de limitar el calentamiento a 2ºC.

Por otro lado, la agricultura y los cambios en el uso de la tierra, como la tala de bosques, son responsables de un tercio de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. Eso significa que reducir las emisiones agrícolas y la tierra necesaria para la agricultura es vital para limitar el calentamiento global.

También, los coches son el principal contaminante, con un 60,7% del total de las emisiones del transporte en carretera de Europa. En la actualidad, la mayoría (52%) de los automóviles en el Viejo Contienente usan gasolina, pero la electricidad cada vez es más popular.

Las grandes del Ibex 35

El IV Estudio del Estado de Reporting de Sostenibilidad del Ibex 35, elaborado por la consultora EcoAct, muestra cuáles son las 10 empresas españolas del Ibex 35 que más han destacado por sus esfuerzos en la acción climática. Ibedrola (85%), Acciona (84%) y Telefónica (84%) son las empresas mejor están actuando e informando sobre cómo abordan los impactos del cambio climático. Les siguen Ferrovial (82%), Endesa (80%), Naturgy (77%), Red Eléctrica de España (76%), Arcelormittal (74%) Enagás (66%) e International Airlines Group IAG (65%). Un año más, el sector energético es el más representado en la tabla de líderes, con un 70% de promedio, contando entre sus filas con las dos energéticas con mejor puntuación en el índice global. El informe analiza 61 indicadores de cuatro áreas temáticas -medición y reporte, estrategia y gobernanza, objetivos y reducción, y colaboración e innovación- de las sociedades cotizadas en el CAC 40, el Dow 30, el FTSE 100 y el Ibex 35, a partir de fuentes públicas. El selectivo español se sitúa en segunda posición, tras el francés CAC 40, cuyos integrantes se ajustan a normas ambientales más estrictas. Si se atiende a nivel global, las empresas que mejor juegan son Unilever (86,6%), Danone (86,2%), Microsoft (85,5%), BNP Paribas (84,9%), Iberdrola (84,9%), Acciona (84,2%), Telefónica (84,2%), Marks & Spencer (83,6%), Schneider Electric (83,6%) y BT Group (82,9%).

Asimismo, en este informe de la consultora EcoAct, se desvela que un 71% del Ibex 35 establece objetivos de reducción de carbono, mayoritariamente apoyándose en acciones de eficiencia energética y un mayor consumo de energía renovable. De hecho, a través de la implementación de tecnología ecoeficiente, un 54% de las empresas del Ibex ha evitado emisiones. Esto demuestra que la innovación está siendo la palanca de cambio en la sostenibilidad ambiental.

Además, muchas siguen las recomendaciones que en su momento hizo el Consejo de Estabilidad Financiera (2017), el Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD), con el objetivo de guiar la divulgación de riesgos y oportunidades y hacerla accesible a inversores y otras partes interesadas. Son ya el 50% de las entidades financieras españolas, las que aplican las recomendaciones a sus estrategias, siendo el sector energético, con un 89%, el que más las ha llevado a la práctica. Entre las empresas que aún no hacen uso de estas recomendaciones, un 83% ya está llevando a cabo una evaluación de riesgos climáticos en algún grado, y un 49% menciona los riesgos climáticos en el apartado de riesgos de sus informes anuales junto a otros riesgos financieros, tal y como lo sugiere el TCFD.

Fuente: El Economista