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La Justicia holandesa ordena a Shell que reduzca casi a la mitad sus emisiones de gases de efecto invernadero

La protección del clima no es solo cosa de gobiernos y consumidores. Las empresas privadas también quedan legalmente obligadas a restringir sus emisiones, según la jurisprudencia que comienza a sentar la sentencia dictada ayer por un tribunal de distrito de La Haya, que establece que la petrolera Shell «puede» y «debe» reducir sus emisiones netas un 45% hasta 2030 tomando como referencia las de 2019.

El tribunal señala el camino a través del cual puede lograrlo, mencionando tanto a sus propias empresas como a proveedores y usuarios finales, y critica las medidas adoptadas hasta ahora como «poco específicas y llenas de reservas». Obliga a la empresa, además, a buscar relaciones con los consumidores que reduzcan las emisiones de CO2. El tribunal da la razón a la ONG demandante, Amigos de la Tierra, que denunciaron el pasado diciembre que Royal Dutch Shell «emite sustancialmente más que todas las empresas y ciudadanos neerlandeses juntos», y convierte en vinculante para las empresas los límites establecidos por el Panel Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPPC) de la ONU y los objetivos del acuerdo de París. Shell consideró el fallo «decepcionante» y anunció próxima una apelación.

Setrata de una «señal de importancia mundial», reaccionaba ayer Donald Pols, director de Amigos de la Tierra (Milieudefensie). Olaf Bandt, presidente de la Asociación para el Medio Ambiente y la Conservación de la Naturaleza de Alemania (BUND), ve en esta decisión judicial un punto de inflexión: «La era fósil está llega a su fin, ahora de verdad». También saludó la sentencia la activista climática Greta Thunberg calificó el veredicto a través de las redes sociales como un «comienzo muy interesante que podría tener un gran efecto de bola de nieve», aunque la reducción de CO2 en la cantidad fijada sigue siendo «insuficiente» para ella.

Estrategia climática

«El fallo de Shell es un punto de inflexión para la industria del petróleo y el gas. Reconoce que Shell tiene la obligación de redactar su estrategia climática de tal manera que se pueda lograr el objetivo de 1,5 grados», explica Carroll Muffett, director del Centro de Derecho Ambiental Internacional (Ciel), que subraya que el tribunal apunta deliberadamente que este fallo debe tener claras consecuencias para las futuras inversiones de la petrolera.

Seguramente tendrá influencia sobre la estrategia de inversión de otras empresas rezagadas en los objetivos somo Exxon Mobil o Chevron, además de abrir la posibilidad de nuevas demandas, una vía que ha desbrozado Roger Cox, el abogado holandés de 53 años, representante de los demandantes y pionero de la justicia climática, es decir, la idea de llevar la lucha contra el cambio climático a los tribunales. Cox también fue abogado de la organización Urgenda, que en 2015 obligó por vía judicial al Estado holandés a cumplir con sus autoproclamados objetivos climáticos. «Si la ciencia tiene razón, se trata de la mayor amenaza para la humanidad hasta la fecha, la mayor violación de los derechos humanos. Enfoqué el caso en derechos humanos y en la ley de responsabilidad civil y agravio».  «Además de Urgenda y Shell, tenemos una demanda similar en Bélgica que se decidirá a principios de julio», adelantó tras conocer la sentencia.

Fuente: ABC