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España es el sexto país de la UE que más aumentó las emisiones de CO2 en 2021

España se convirtió el año pasado en el sexto país de la Unión Europea (UE) que más aumentó las emisiones de dióxido de carbono (CO2) procedentes del uso energético por la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón), con una subida de un 7,4% en comparación con 2020.

La media de la UE fue de un 6,3% de incremento, en un contexto marcado por el levantamiento de la mayoría de las medidas de restricción de la movilidad para frenar la expansión de la covid-19, según datos de Eurostat.

Las emisiones de CO2 a la atmósfera contribuyen en gran medida al calentamiento global y representan alrededor del 75% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por los seres humanos en la UE. Se generan por factores como condiciones climáticas (invierno largo o verano muy caluroso), el crecimiento económico, el tamaño de la población, el transporte y las actividades industriales.

Esas emisiones se generan en el país donde se queman los combustibles fósiles para generación de electricidad, transporte, producción de acero, etc. En consecuencia, las importaciones y las exportaciones de productos energéticos tienen un impacto sobre el país en el que se utilizan combustibles fósiles. Por ejemplo, si el carbón se importa para generar electricidad supone un incremento, mientras que si la electricidad es importada no tiene ningún efecto en el país importador y repercute en el exportador.

Según de Eurostat, las emisiones de CO2 crecieron en 2021 en casi todos los Estados miembro de la UE, con las mayores subidas en Bulgaria (un 18,0% más), Estonia (13,1%), Eslovaquia (11,4%), Italia (10,6%), Polonia (8,6%) y España (7,4%)). Los dos únicos países que las redujeron son Portugal (-5,5%) y Finlandia (-1,5%).

En 2021, la subida de las emisiones de CO2 se debió principalmente al incremento del uso de combustibles fósiles sólidos, que contribuyó a más del 50% del aumento. Los combustibles fósiles líquidos fueron responsables de más del 29%, mientras que un 21% puede atribuirse al gas natural. La reducción del uso de turba alivió ligeramente el alza de las emisiones de CO2.

Fuente: El Economista