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Cómo posicionarse en la ‘fiebre verde’ del hidrógeno

El hidrógeno, un auténtico desconocido hasta hace no mucho, ya se ha reconocido como un vector clave para alcanzar la neutralidad en carbono. En realidad, esta fuente de energía se lleva utilizando muchos años, pero no era limpio: para obtenerlo se requerían combustibles fósiles, como el petróleo y el gas. Ese es el llamado hidrógeno gris, y el azul, cuyo uso es, en un 94%, industrial. Consulte más artículos sobre sostenibilidad en elEconomista Inversión sostenible y ESG.

Un nuevo color ha entrado en escena: el del hidrógeno verde, que no contamina, puesto que se produce a través de la electrólisis del agua, mediante corriente eléctrica generada por renovables -como eólica y solar-, que permite separar el hidrógeno del oxígeno. Su principal freno hasta ahora ha sido su coste, pero la cada vez mayor y más barata oferta de energías renovables mejora el posicionamiento de esta tecnología. Ahora bien, ¿cómo invertir en esta temática de futuro tan concreta? En España todavía son muy escasos los productos centrados específicamente en ella.

Renta 4 cuenta con el Renta 4 Megatendencias Ariema Hidrógeno y energías sostenibles FI, lanzado en enero de 2020. Es un producto de renta variable, sostenible por folleto, que incluye en su denominación el nombre de Ariema, compañía especializada en hidrógeno verde que es asesora del fondo. El año pasado retrocedió un 9,78%, según los datos que recoge Morningstar, con fecha 31 de diciembre.

Entre las principales posiciones en cartera encontramos a la noruega Nel (dedicada a la producción, almacenamiento y distribución de hidrógeno); a la productora de electricidad californiana Bloom Energy; a la estadounidense Plug Power (que desarrolla pilas de combustible de hidrógeno); o al grupo energético global Cummins.

«Para las compañías petroleras y de gas, las inversiones en hidrógeno pueden ser vistas como una forma de mantenerse relevantes en un campo energético en rápida transformación», señalaba recientemente Marouane Bouchriha, gestor del fondo EdR SICAV Green New Deal en Edmond de Rothschild AM.

En España, están llamadas a implicarse en esta nueva ola Iberdrola, Endesa, Repsol y Naturgy, además de las actuales fotovoltaicas. En cualquier caso, «no hay empresas con tecnología propia en el mercado español», se lamenta Rafael Luque, director general de Ariema.

Otro producto disponible para su venta en España es el CPR Invest- Hydrogen, que no tiene ni dos meses de vida: Amundi, matriz de CPR AM, anunciaba su lanzamiento el pasado 13 de diciembre. Es un fondo etiquetado como artículo 9 dentro del Reglamento europeo de Divulgación, lo que implica que persigue un objetivo concreto de sostenibilidad. En cartera, compañías involucradas en cualquier sector de la economía del hidrógeno. Según señalaron desde la gestora, «CPR AM tiene la convicción de que el hidrógeno desempeñará un papel destacado en la transición energética y que, en 2050, debería representar el 17% de la demanda de energía y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un tercio».

«El universo de inversión de esta nueva temática comprende todo el ecosistema del hidrógeno, desde el upstream -exploración y producción- (con energías verdes), hasta el downstream -refinamiento y comercialización- (diversos usuarios, como los sectores del automóvil y del ferrocarril), pasando por el almacenamiento y la distribución, lo que le aporta una gran diversidad», añadieron.

Tiene sentido que las empresas encargadas de producir a futuro esta energía sean las utilities y energéticas, como las actuales petroleras, ya que son las que pueden contar más fácilmente con la energía renovable que se requiere en la electrólisis. Engie ya está desarrollando una decena de proyectos en diferentes puntos de la cadena de valor; EDF está asociada con McPhy para la producción y comercialización de hidrógeno en el transporte pesado. RWE y Thyssenkrupp producirán esta energía conjuntamente a partir de 2025. Linde y Air Liquide son dos líderes en este campo, en el que llevan años avanzando. También Shell en Holanda, BP en Australia y Equinor en Reino Unido están impulsando proyectos de hidrógeno verde

Fondos de energías limpias

Más allá de los productos focalizados en él, es posible invertir en hidrógeno a través de productos más genéricos de energías limpias. Por ejemplo, esta fuente de energía forma parte del universo de inversión del Pictet Clean Energy, que se posiciona «en empresas relacionadas con energía de fuentes renovables, así como eficiencia energética industrial, edificios verdes y movilidad eléctrica». Su gestor, Xavier Chollet, explica que el ambicioso objetivo de reducción de CO2 «implica instalar capacidad de hidrógeno verde para llegar a 80 GW en 2030, con inversión de 44.000 millones», de manera «que el peso del hidrógeno en el mix energético europeo llegue a 13 a 14% para 2050, frente al 2% actual».

Por su parte, el Candriam Sustainable Equity Climate Action cuenta con una exposición al hidrógeno de aproximadamente el 6%. Un 3,6% de la cartera está invertida en compañías de producción e infraestructuras (como Air Liquide, o la estadounidense Air Products and Chemicals); otro 1,85%, lo destina a compañías de electrólisis (como Nel o ITM Power); y en torno a un 0,9%, a fabricantes de pilas (como Ceres Power Holding).

Fuente: El Economista