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Cinco claves para comprender un informe que pide mayor acción climática

Se trata de la segunda entrega del Sexto Informe de Evaluación del IPCC y deja en claro que la ventana de acción para asegurar un futuro habitable se está cerrando. Por primera vez, el informe habla de los efectos en la salud mental.

“La evidencia científica es inequívoca: el cambio climático es una amenaza para el bienestar humano y para la salud del planeta”, dijo Hans-Otto Pörtner, co-presidente del Grupo de Trabajo II (AR6) del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) en la presentación del nuevo informe sobre impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático.

El documento condensa 5 años de trabajo de científicos e investigadores de 67 países e insta a los líderes mundiales a tomar acciones urgentes y ambiciosas para frenar la crisis climática. ¿Qué dice el IPCC y cuáles son las claves para entender las advertencias de los científicos?

Cinco claves para comprender el informe

1. Los impactos del cambio climático son mayores de lo esperado y están dañando sistemas humanos y ecosistemas

El cambio climático es real y según cifras de la ONU pone en peligro entre 3.300 y 3.600 mil millones de personas en todo el mundo. “Casi la mitad de la humanidad está viviendo en zona de riesgo y muchos ecosistemas han llegado al punto de no retorno», sostiene el Secretario General de Naciones Unidas Antonio Guterres y describe al informe como un “atlas del sufrimiento humano”. Las estimaciones son crudas y proyectan un aumento en la periodicidad e intensidad de eventos extremos como sequías, inundaciones y olas de calor. Y no sólo eso: se espera que éstos ocurran al mismo tiempo.

¿Cómo se traduce todo esto? En escasez de agua, incendios forestales prolongados, inseguridad alimentaria, pérdida de biodiversidad, extinción de especies, incremento en las migraciones por motivos climáticos y una mayor propagación de enfermedades.

Asimismo el IPCC resalta que el cambio climático no es un fenómeno aislado y acentúa los efectos de otras crisis humanas. La vulnerabilidad de cada país va a variar en función a las características de cada región, de su nivel de desarrollo socioeconómico y de patrones históricos vinculados a desigualdades, colonialismo y gobernanza.

2. Aún manteniendo la temperatura por debajo de los 1.5ª establecidos en el Acuerdo de París no se pueden evitar todos los impactos del cambio climático.

El dato es poco alentador y pone en evidencia que cada pequeño aumento de temperatura cuenta. Si bien se busca cumplir el objetivo de los 1.5º, esto podría no ser suficiente. Por encima de los 1.5º se podrían empezar a ver impactos permanentes en zonas polares, montañas y ecosistemas costeros. Un escenario de 2.0º, por ejemplo, pondría en riesgo de extinción al 18 por ciento de las especies terrestres y a corales, arrecifes y fauna marina.

¿Qué se puede hacer? Reducir emisiones de gases de efecto invernadero es un excelente punto de partida. “La ciencia dice que será necesario recortar las emisiones un 45 por ciento para 2030 y alcanzar el objetivo de cero emisiones para 2050. Pero de acuerdo a los compromisos actuales las emisiones globales van a aumentar un 14 por ciento durante la década actual”, dice Guterres y añade: “Los combustibles fósiles son un callejón sin salida para el planeta, para la humanidad y para las economías”

Para reducir emisiones es esencial establecer planes de descarbonización de la economía, de transición energética hacia fuentes renovables y, fundamentalmente, voluntad política para cumplir con los compromisos climáticos asumidos en las negociaciones globales.

3. Las políticas de adaptación son claves para reducir riesgos y vulnerabilidades, pero hay que tener cuidado con la “mala adaptación”

Uno de los ejes principales del reporte es la adaptación, es decir, cómo respondemos a los efectos del cambio climático de manera eficiente para reducir sus impactos. El IPCC indica que si bien estamos avanzando en esa dirección y hoy 170 naciones cuentan con planes de adaptación en sus políticas climáticas existe una brecha sustancial entre lo prometido y lo implementado en la realidad, especialmente entre poblaciones de menores ingresos.

¿Cómo nos adaptamos al cambio climático? Con una correcta administración del agua, fortaleciendo nuestros sistemas de salud; protegiendo, conservando y restaurando ecosistemas; mejorando la seguridad alimentaria y transformando las ciudades donde se estima vivirán dos tercios de la población mundial en 2050.

“Hay evidencia de mala adaptación; adaptación que resulta en consecuencias no intencionales que incrementan los riesgos climáticos y aumentan las emisiones. Pueblos indígenas, minoridades y grupos en desventajas son los más afectados por la mala adaptación y esto profundiza las desigualdades existentes”, explica Debra Roberts, co-presidente del Grupo de Trabajo II y hacé énfasis en la importancia de implementar políticas que beneficien a las personas y a los ecosistemas.

En América Latina, una barrera a tener en cuenta es el financiamiento. Edward Castellanos, científico y autor del reporte indica que en la región los costos de adaptación son de aproximadamente 127 mil millones de dólares anuales. ¿Es posible destinar esos fondos? ¿Están contemplados los planes de adaptación en los presupuestos de cambio climático?

Más allá de los esfuerzos, si la temperatura sigue aumentando la adaptación podría no evitar todos los daños y pérdidas. “Nuestra adaptación individual y colectiva puede ser una estrategia efectiva, pero hay límites respecto de la capacidad de la humanidad y de las especies para adaptarse”, señala el Presidente del IPCC Hoesung Lee.

4. América Latina está altamente expuesta y vulnerable a los efectos del cambio climático

La región latinoamericana no sólo enfrenta desafíos climáticos sino también en materia económica, política y social. En principio, el informe prevé un empeoramiento en las condiciones de vida en zonas rurales, especialmente para pequeños y medianos productores y poblaciones indígenas.

A su vez, la pérdida de glaciares (entre el 30 y 50 por ciento desde 1980), la suba del nivel del mar, las sequías y la mayor intensidad de los incendios están provocando estragos en términos de biodiversidad. Para 2050, se estima que 85 por ciento de los sistemas naturales se van a ver damnificados por el cambio climático.

A nivel regional, la Amazonía es una de las principales afectadas por la sequía y la deforestación. A su vez, peligra la producción de alimentos por la degradación de suelos y el riesgo de contraer enfermedades por transmisión de vectores (como dengue, chikungunya y zika) aumenta un 17 por ciento.

5. El cambio climático impacta en la salud física, pero también mental

Sabemos que el cambio climático tiene efectos en la salud física de las personas, pero por primera vez un informe del IPCC habla abiertamente sobre las consecuencias de la crisis climática en la salud mental, especialmente en niños y jóvenes. Esta mención importa y es parte de un debate incipiente que visibiliza y busca desestigmatizar tabúes alrededor de estos temas.

¿De qué se trata? Esencialmente de lo que se conoce como ecoansiedad o gran preocupación por la situación actual del planeta. Si bien no está listado como un trastorno de salud mental per sé, es tratado por profesionales de la salud.
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Fuente: Perfil