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China fuerza el adiós al carbón en el extranjero, pero generará más megavatios fósiles

China ha anunciado que dejará de construir o financiar nuevas centrales eléctricas de carbón en 20 países del extranjero, que sumarían 42.220 megavatios de energía contaminante en Asia, África, Sudamérica y Europa del este. Estos países se verán en la tesitura de buscar nueva financiación para sus proyectos, algo cada vez más difícil, ya que buena parte de las naciones sigue esta misma tendencia de abandonar el carbón, o bien sumarse al adiós a este combustible fósil para apostar por iniciativas renovables. Sin embargo, a nivel doméstico, el gigante asiático tiene ya en construcción plantas que sumarán 97.000 megavatios de energía a partir de carbón.

La intención, manifestada por el presidente de la República Popular, Xi Jiping, entró en vigor a partir de este viernes, 1 de octubre, y supone una reducción de la demanda mundial de carbón unos 30 millones de toneladas al año y hasta 1.100 millones de toneladas de mineral durante la vida útil de estas 44 centrales.

“La industria del carbón va a sentir un chorro de agua fría, de cruda realidad de la cabeza a los pies”

Según el primer análisis de la medida, elaborado por Global Energy Monitor, la cancelación de esta financiación de centrales de carbón supondrá un ahorro de más de 130.000 millones de dólares (algo más de 112.000 millones de euros), al tiempo que evitará la emisión a la atmósfera de 8.000 millones de toneladas de CO durante la vida útil de estas plantas.

Hasta la fecha, China era el mayor financiador de centrales eléctricas de carbón en todo el mundo por lo que numerosos proyectos pueden quedarse sin el apoyo financiero que necesitan. El informe ve previsible que estas plantas se quedarán en el tintero o tendrán que reorientarse, mientras que el volumen inversor del gigante asiático se destinará a otros fines, probablemente de energías más limpias.

El estudio actualizado de Global Energy Monitor’s ‘Global Coal Public Finance Tracker’ estima el potencial impacto a nivel mundial que tendrá la promesa china formulada ante la reciente Asamblea General de la ONU en Nueva York y a la que siguió, un día después, la confirmación del Banco de China de que ya no financiará ni nuevas centrales ni minas de carbón fuera del país a partir del 1 de octubre.

Con prácticamente una semana de antelación, el anuncio ha supuesto un jarro de agua fría para 44 plantas en una veintena de países que pueden ver en riesgo estos proyectos energéticos, a pesar de que la promesa se refiere a iniciativas “futuras de financiación pública”, a partir de este viernes. El estudio explica que si estas plantas de carbón son canceladas se generará un ahorro de 130.000 millones de dólares, unos 50.000 por los costes de construcción y otros 80.000 por los costes de combustible y de operarlas a lo largo de su vida útil.

En África la medida afecta también a la construcción de una tubería para el transporte de carbón de nuevas centrales en Kenia, Madagascar y Costa de Marfil. Estos países se tendrán que plantear si se unen a la alianza No New Coal (no nuevo carbón), una propuesta de la ONU para que los países abandonen la construcción de nuevas centrales con este combustible que emite gases de efecto invernadero y contribuye, por tanto, al cambio climático.

No obstante, los países más afectados por la decisión de la República Popular China son asiáticos, en particular Bangladés y Mongolia donde las centrales de carbón sufrirán un descenso del 90% respectivamente, y de ese modo igualmente se verán forzados a seguir con su política energética o abandonarla y dar el ‘Sí quiero’ al ‘No New Coal’.

Con la medida China provocará indudablemente un amplio impacto en los mercados de carbón pues precisamente casi todos de estos veinte países importa la mayor parte de este combustible, de modo que juntos sumaron aproximadamente la compra del 10% de las importaciones de carbón en 2019, unos 130.000 millones de toneladas.

La directora del programa de carbón de Global Energy Monitor, Christine Shearer, vaticina que el anuncio de China supone “la sentencia de muerte” para la financiación pública de carbón, ya que numerosos proyectos tendrán que ser cancelados al carecer de alternativas de financiación. Además, considera que “la buena noticia” es que el movimiento de China evitará que varios países “derramen millones de dólares” en centrales de carbón que rápidamente serán abandonadas a consecuencia del descenso del coste de las energías renovables y de las políticas públicas dirigidas a restringir los combustibles fósiles.

Otro de los investigadores de este centro de estudios, especializado en análisis de minas de carbón, Ryan Driskell, asegura que, hasta la semana pasada, los productores mundiales de carbón tenían planificada la apertura de 390 nuevas minas, pero el anuncio de China supone un “palo en la rueda” a sus aspiraciones. “La industria del carbón va a sentir un chorro de agua fría de cruda realidad de la cabeza a los pies”, ha añadido.

Finalmente, el investigador en financiación de carbón del Global Energy Monitor Russel Gray celebra que con su decisión “China da un paso en la dirección correcta” fruto de su conocimiento de la realidad de que invertir en nuevas centrales de carbón no tiene “sentido financiero”, ya que existen otras formas de energía mucho más baratas.

En todo caso, advierte de que para que la iniciativa de China tenga un impacto real frente al cambio climático el gigante asiático necesita empezar a eliminar gradualmente sus propias centrales de carbón tan pronto como sea posible y centrarse en generación renovable. Asegura que aún está “muy lejos” de esta línea, puesto que en su propio país está construyendo centrales de este combustible fósil para generar 97.000 megavatios y tiene en planificación poner en marcha otros 163.000 megavatios de energía de carbón contaminante.

El Panel Intergubernamental de Expertos de Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) calcula que para lograr limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C, tal y como se pactó en el Acuerdo del Clima de París, es necesario dejar atrás la energía a partir de este combustible fósil antes de 2040. Durante la Asamblea General de la ONU celebrada en septiembre de 2020, Xi Jiping prometió que China alcanzará la neutralidad de carbono en 2060.

Fuente: El Confidencial