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Bruselas abre la puerta a medidas extraordinarias para bajar la luz

La Comisión Europea estudia la necesidad de reformar el sistema de precios de la energía y la propuesta de una compra conjunta de gas extraordinaria ante la presión de los gobiernos español y francés, que piden una respuesta europea conjunta al aumento sin precedentes del coste, y a pesar de las reticencias de Alemania.

Lo dijeron en Eslovenia, la presidenta Ursula Von der Leyen, y en Estrasburgo, su titular de energía, Karin Simson, que confirmaron que la Comisión presentará una batería de medidas la próxima semana, que podrían ir más allá de acciones nacionales que los estados pueden poner en marcha. Bruselas responde así a la presión de buen número de países, con España, Francia, Chequia, Rumanía y Grecia a la cabeza.

«Tenemos que estudiar la posibilidad de desacoplar el mercado, porque tenemos energía mucho más barata, como las renovables»

«Si los precios de la electricidad son elevados es porque los precios del gas son elevados, y tenemos que estudiar la posibilidad de desacoplar el mercado, porque tenemos energía mucho más barata, como las renovables», aseguró Von der Leyen el martes y volvió a confirmar el miércoles que la Comisión abordará todo el sistema de precios.

«Hemos pedido a la Comisión que busque la manera de disociar el precio del gas y el precio de la electricidad», explicó en un encuentro con la prensa la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica Teresa Ribera, en los márgenes del Consejo de ministros de Medioambiente. Según fuentes gubernamentales, esto podría traducirse bien en sacar el precio del gas del cácelo del precio de la electricidad en el mercado mayorista o bien reintroduciendo un tope al precio de la electricidad, que existía en Europa hasta junio de este año.

En cualquier caso, España considera que las medidas deberían ser temporales y mantenerse tanto como continúe la situación. «Cuando hacemos referencia a medidas excepcionales, en situaciones excepcionales, no hablamos de nada que no se haya hecho antes. Ha ocurrido con la regla de gasto, en momentos especiales que hemos vivido fuera de la normalidad», argumentó la vicepresidenta.

«En paralelo tenemos que asegurar que Europa cuenta con suficiente suministro de gas y a un precio razonable este invierno y por eso hemos propuesto que haya una plataforma de de compra conjunta para todos los operadores de gas europeos que quieran sumarse a esta iniciativa, que permita a la Unión Europea negociar», insistió Ribera, para evitar que la histeria en los mercados por temor a los cortes de suministro acabe repercutiendo en el precio del gas.

Diferencias entre países

La Comisaria de Energía insistió en su intervención ante la Eurocámara el miércoles en que los países pueden «ofrecer ayudas específicas a los consumidores, pagos directos a los más expuestos a la pobreza energética, recortar los impuestos sobre la energía…». También pueden ponerse en marcha ayudas estatales a las empresas o, a medio y largo plazo, facilitar acuerdos de compra de energía. Y añade que el aumento de los ingresos a través de las emisiones en el mercado de carbono da espacio fiscal a los países para hacerlo.

Pero a algunos estados, como España, Portugal o Grecia, que han puesto en marcha buena parte de estas medidas, se les empiezan a quedar cortas y piden una intervención europea directa, extraordinaria y temporal de los mercados. Según fuentes gubernamentales, la Comisión es cada vez más consciente de la alarma social que se ha generado al dispararse los precios de la energía y empieza a abrirse a esta posibilidad porque es consciente del coste político de no hacer nada.

Sin embargo, los países de la Unión Europea, con mercados distintos y estructuras diversas, experimentan el impacto del alza de los precios a un ritmo diferente y muestran reticencias a una intervención directa. Alemania, por ejemplo, está abierta a que cada país gestione la crisis como considere, pero ve con preocupación que se hagan ajustes que puedan tener un impacto a largo plazo en el mercado.

Fuente: El Economista