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Así subirán los seguros por el cambio climático

El calentamiento del planeta por la emisión de gases de efecto invernadero y el consiguiente aumento de fenómenos climáticos extremos se traducirá en un encarecimiento de las pólizas de seguros, según admite el propio sector, al que las ONG reclaman que deje de asegurar las inversiones en proyectos de explotación de combustibles fósiles.

Así lo han explicado a Efe diversos especialistas de la industria aseguradora, que prevé que en los próximos 20 años las primas globales de daños aumenten un 22 % hasta alcanzar los 183.000 millones de dólares (unos 160.000 millones de euros) a causa de la intensificación en la frecuencia y virulencia de los fenómenos meteorológicos extremos.

«Las tarifas dependen del riesgo y el riesgo está aumentando», zanja el director de Swiss Re para España y Portugal, Santiago Arechaga, preguntado por el futuro de los seguros en un mundo que ya es un grado más cálido que en la era preindustrial.

Aunque matiza que habrá «dinámicas competitivas» que pueden afectar a esa política tarifaria, Arechaga reitera que «la tendencia lógica» si se confirma el patrón de catástrofes naturales agravadas por la crisis climática -como, recuerda, «ya está pasando»- es que haya «correcciones de precios» al alza.

A nivel global, entre 2017 y 2018 el sector asegurador sufrió pérdidas por valor de 219.000 millones de dólares como consecuencia de desastres naturales, su mayor pérdida nunca registrada en un periodo de dos años, según el Swiss Re Institute.

LA MUTUALIZACIÓN DEL RIESGO

Mientras en otros países, como Estados Unidos o Alemania, los ciudadanos deben contratar pólizas específicas que cubren daños de inundaciones, por ejemplo, en España esos costes -salvo en explotaciones agrícolas- los asume el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS), una entidad que depende del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital.

De cada seguro privado que una persona contrata en España -ya sea de vida o sobre los bienes-, un 0,07 por mil sobre el valor asegurado se mutualiza, una tarifa fija que es independiente al riesgo de cada caso particular.

Pero el CCS también prevé elevar su tarifa si las catástrofes naturales se convierten en la norma y los costes aumentan, lo que implicaría que las aseguradoras pagarían más a esta entidad, y ese aumento se podría trasladar a los precios de las pólizas (aunque, según el Consorcio, lo más probable es que el encarecimiento se produzca por la política tarifaria de las reaseguradoras, y no por la del CCS).

Además de catástrofes naturales, el CCS asume ataques terroristas, tumultos populares y otros riesgos extraordinarios, pero el grueso de sus costes, un 87 %, se destina a cubrir daños de inundaciones y de tempestades ciclónicas atípicas.

Francisco Espejo, meteorólogo y subdirector de estudios y relaciones internacionales en el CCS, confirma que el volumen de las indemnizaciones por inundaciones casi «se ha triplicado» en las últimas cinco décadas, pero matiza que el número de bienes asegurados es ahora casi tres veces mayor.

Así, aunque constata un aumento en la peligrosidad debido al calentamiento, resalta que hay además una mayor exposición a esas amenazas, algo que refleja otra cara del problema: “lo mismo que está causando el cambio climático está causando el incremento de los daños: el nivel de desarrollo de la sociedad actual”, apunta.

El coste económico de la crisis climática también preocupa al sector agrario: el año 2021 se ha cerrado con 722 millones de euros en indemnizaciones abonadas a los agricultores y ganaderos asegurados, “la segunda cifra más alta en los 42 años de historia del sistema español de Seguros Agrarios Combinados”, precisan desde Agroseguro.

EL PAPEL DE LOS SEGUROS

Pese a estas crecientes presiones sobre el sector, las ONG que conforman la coalición ‘Insure Our Future‘ (Asegurar nuestro futuro) consideran que las principales aseguradoras y reaseguradoras a nivel mundial «no han adoptado las políticas suficientes para garantizar que sus actividades no soportan el desarrollo de proyectos intensivos en carbono».

Su última evaluación anual sobre los compromisos climáticos de 30 aseguradoras internacionales concluye que, aunque la mayoría de estas empresas (entre ellas, la española Mapfre) se haya comprometido a excluir la suscripción y la inversión en el sector del carbón térmico, a día de hoy, «ninguna de estas aseguradoras tiene una política de exclusión de los combustibles fósiles alineada con los objetivos del Acuerdo de París”.

Quentin Aubineau, jurista en el Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA), recalca el “papel fundamental” del sector asegurador en la descarbonización de la economía, pues «sin las pólizas de seguro ofrecidas por las aseguradoras, las actividades intensivas en carbono no podrían llevarse a cabo», pero lamenta que aún “son muy pocas las compañías que tienen una política –aunque muy básica– de exclusión en relación con el sector del gas y del petróleo”.

Fuente: El Periódico