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La vicepresidenta del IPCC ve «interesante» un impuesto sobre el CO2 que haga más competitivas a nuclear y renovables

La vicepresidenta del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas, Thelma Krug, ha reconocido que «sería interesante» instaurar una tasa a nivel mundial para las emisiones de dióxido de carbono (CO2) para que la energía nuclear y las renovables se vuelvan «más competitivas».

Así lo ha manifestado este jueves Krug durante la presentación en Madrid del informe del IPCC ‘Global Warming of 1,5 ºC’, en un acto organizado por Foro Nuclear en el que la vicepresidenta del IPCC ha asegurado que la energía nuclear «es positiva para el clima» y que continuar con las emisiones fósiles «no es la forma» para combatir el cambio climático.

Para la vicepresidenta del IPCC, es «importante» incrementar el uso de energías bajas en emisiones, como la energía nuclear, así como la descarbonización, «que es reducir la intensidad de carbono». «Independientemente de las sendas que se escojan, las emisiones de dióxido tienen que ser cercanas a 0 en 2050», ha señalado.

Las nuevas generaciones de centrales nucleares, según ha añadido, «generan menos residuos». «Se ha mejorado la forma de utilizar la energía y esto puede marcar una diferencia tremenda en la opinión que tiene la gente y en la percepción que tienen para incluir la energía nuclear en la cartera de las sendas de la mitigación», ha explicado.

En este sentido, Krug ha subrayado que en el caso de la energía nuclear, aunque «no hay ninguna barrera geofísica», la «barrera principal es la social, cultural y la institucional, lo que tiene que ver con las normativas que hay en vigor».

Asimismo, ha destacado que la «gran cantidad» de cambios y de investigación que se están realizando en el sector de la energía nuclear «pueden marcar una diferencia importante» en la aceptación de la sociedad, lo que, a su juicio, «podría facilitar la inclusión de esta energía en la senda de la mitigación».

«NECESIDAD» DE UN DEBATE POLÍTICO SOBRE ENERGÍA NUCLEAR

El IPCC, según ha apuntado Krug, dice que «hay necesidad» de tener un debate político «para demostrar que no se está hablando de una tecnología pasada, sino de la construcción de nuevas centrales con nuevas tecnologías». «El problema de la energía nuclear es la fatalidad latente que hay», ha sentenciado.

Con el objetivo de que las nuevas centrales nucleares «resulten atractivas» económicamente, el IPCC apunta que es necesario «el respaldo de los gobiernos» porque el carbón y el gas «tienen costes de inversión mucho más bajos». «Tiene que haber una inversión muy fuerte de los gobiernos y del sector privado para ampliar la participación nuclear en la cartera de mitigación», ha manifestado.

Al finalizar el acto, en un encuentro con los medios de comunicación, Krug ha matizado que el IPCC «no defiende a la nuclear» y que «no tiene una posición», sino que «hay múltiples posibilidades de que se puedan bajar las emisiones de CO2». «No hay ninguna tecnología que tenga riesgo cero, riesgo nulo», ha concretado.

«El IPCC dice en su informe las implicaciones de cada una de esas tecnologías, cómo están reflejadas en los artículos científicos, pero sin juicio de valor», ha señalado Krug, al tiempo que ha demandado una «contribución creciente de fuentes que tengan baja intensidad de carbono» y ha incidido en que el informe «no está a favor de nada» y que «simplemente es lo que la ciencia dice».

El informe especial ‘Global Warming of 1,5 ºC’ del IPCC, publicado a finales de 2018, advierte sobre la necesidad de mantener el incremento de la temperatura con respecto a los niveles preindustriales por debajo de 1,5 grados, si se quiere fortalecer la respuesta global a la amenaza del cambio climático, la consecución de los Objetivos del Desarrollo Sostenible y la erradicación de la pobreza.

El estudio estima que las actividades humanas ya han aumentado el calentamiento global en aproximadamente 1ºC desde los niveles preindustriales; y señala que las emisiones de dióxido de carbono tendrían que reducirse respecto a las de 2010 en aproximadamente un 45% en el año 2030, así como llegar a un «cero neto» en torno a 2050.

Durante su intervención, el presidente de Foro Nuclear, Ignacio Araluce, ha afirmado que «se está trabajando muchísimo desde el punto de vista científico-técnico y práctico» para reducir los residuos radiactivos generados por las centrales nucleares.

Precisamente, ha resaltado que «ha habido una disminución enorme» de los residuos radiactivos y que la ventaja de estos residuos «es que son muy concentrados y las emisiones de gases están muy diseminadas». «Eso es mucho más controlable. Hay soluciones como la reutilización del combustible, se está haciendo mucho y se irá mejorando cada vez más», ha dicho.

En la lucha contra el cambio climático, Araluce ha defendido que «no se puede prescindir de nada que ayude». «Como nucleares aportamos nuestro granito de arena. Ayudamos convencidos de que hay que luchar contra el cambio climático y es muy positivo que se nos tenga en cuenta. Somos una parte de la solución», ha sentenciado.

Fuente: La Vanguardia